Nauru, el país menos poblado del mundo podría abrir las puertas a la mayor carrera global por los recursos naturales gracias a una ambiciosa startup canadiense
El Océano Pacífico acoge una isla de tan solo 21 kilómetros cuadrados de superficie llamada Nauru. Es el tercer país más pequeño del mundo, solo detrás del Vaticano y Mónaco. Apenas nadie conoce esta remota isla que recibe menos de 200 turistas al año. Sin embargo, podría convertirse en un territorio relevante en materia de recursos naturales.
Nauru, junto a una startup canadiense, podría abrir las puertas a esta carrera global con motivo de un vacío legal de hace tres décadas. Esta es la razón por la que hace unas semanas se celebró en Kingston (Jamaica) una reunión donde 167 países tuvieron la posibilidad de debatir acerca de una nueva era en el ámbito de los recursos naturales: la minería en las aguas profundas.
Este tipo de explotación, según El Confidencial, está prohibida en aguas internacionales, siendo la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) la única entidad con potestad para otorgar permisos sobre el derecho al mar. Esta entidad sí permite investigar el fondo marino en tareas específicas y hasta la fecha solo se le ha concedido el permiso a 22 compañías, siendo el territorio situado al oeste e Centroamérica conocido como la Zona Clarion-Clipperton uno de los espacios más transitados en esta tarea con motivo de su riqueza en nódulos polimetálicos, una de las fuentes más relevantes de recursos minerales submarinos.
Este material está formado por piedras negras esparcidas por el fondo marino y de fácil recolección, formadas en un largo proceso de millones de años a partir de dientes de tiburón, cuarzo, rocas volcánicas… Es la razón por la que son consideradas tan valiosas en la actualidad. La empresa canadiense llamada The Metals Company (TMC) quiere ser la primera compañía en llevar a cabo una explotación minera de aguas profundas, para ello cuenta con el respaldo de inversiones millonarias y pruebas exitosa que podrían avalar la iniciativa, tal y como indica El Confidencial.
La herramienta que podría eliminar la prohibición de minar el fondo marino en aguas internacionales podría hallarse en el párrafo 15 del anexo del Acuerdo sobre la Implementación de 1944 donde se indica que «la ISA cuenta con dos años para elaborar las normas, reglamentos y procedimientos necesarios para dar una respuesta a este Gobierno. Una vez pasada la fecha límite, el organismo deberá considerar y aprobar de forma provisional dicho plan de explotación”. Cualquiera de los 167 países miembros puede detonar esta clausula, incluso Nauru.
La explotación minera en aguas profundas implica arar grandes extensiones del fondo marino. El proceso que se necesita para llevar a cabo esta actividad es altamente agresivo para el medio ambiente, de hecho, los científicos y ecologistas califican como «perturbación masiva» a este proceso sobre uno de los ecosistemas que el hombre aún no ha podido alterar.
El futuro de esta explotación plantea escenarios de todo tipo, desde un veto general hasta la aceptación de un código minero que sea aceptado por los implicados.
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