La minería metálica andaluza alcanzó los 4.500 millones de euros en 2023

Esta facturación supone un incremento del 12,5% en comparación con la de 2022

La minería andaluza facturó en el año 2023 un total de 4.500 millones de euros, un incremento del 12,5%, según datos de la Asociación de Empresas Investigadoras, Extractoras, Transformadoras Minero-Metalúrgicas, Auxiliares y de Servicios (Aminer). Este aumento se debe especialmente a la revalorización de los metales en los mercados internacionales.

En la asamblea general de la asociación, celebrada este jueves pasado en Huelva, la gerente ejecutiva de Aminer, Marta Cerati, hacía hincapié en que «la importancia estratégica de estos metales, que son esenciales para alcanzar los objetivos de descarbonización y transición hacia los sistemas de producción verdes establecidos por la UE, ha hecho que la demanda se haya incrementado en los últimos años y se espera que lo siga haciendo hasta alcanzar un 50% más en la próxima década».

En esta línea, la aprobación de la Ley de Materias Primas de la Unión Europea, que entró en vigor ayer, «va a repercutir en que la industria andaluza cobre aún más relevancia de cara al abastecimiento de minerales críticos», añadía Marta Cerati. Asimismo, «La Ley de Materias Primas Críticas, conjuntamente con los concursos de derechos mineros puestos en marcha por la Junta, impulsarán nuevos proyectos de exploración, extracción, transformación y refinado en los próximos años, atrayendo nuevas inversiones y consolidando la minería moderna, sostenible, eficiente y generadora de riqueza por la que trabajamos en Andalucía» indicaba por su parte el presidente de Aminer, Luis Vega.

La evolución de la minería andaluza ha experimentado una cercanía con el compromiso de la sostenibilidad y el respeto por su entorno, tal y como demuestran las inversiones realizadas en los últimos años por las empresas del sector: 61 millones de euros destinados a innovaciones y 60 millones de euros a mejoras relacionadas con el medio ambiente. Del mismo modo, este sector proporciona 12.000 puestos de trabajo directos y 32.000 indirectos, tal y como Cerati describió en la pasada asamblea.

El agua y su papel decisivo en la historia minera de Andalucía

Andalucía es una región de larga trayectoria en el ámbito minero, un camino de cinco milenios que llega hasta nuestros días

La minería andaluza ha jugado históricamente un papel crucial en el ámbito mundial debido especialmente a su diversidad en recursos geológicos. No obstante, su avance no ha estado exento de problemas, entre ellos, el agua.

Las primeras manifestaciones del sector se localizan en Huelva, con la explotación de cobre y metales preciosos y en Almería con la plata durante el tercer milenio a.C. La motivación minera de estas explotaciones se basaba en la construcción de armas o utensilios únicos con los que superar a los oponentes, tal y como describen Rafael Fernández Rubio y David Lorca Fernández en su trabajo El agua en la minería andaluza hasta el siglo XIX. Posteriormente, los tartesos, de cuyo trabajo minero se conservan referencias escritas, se conoce su explotación de oro y plata y la mercantilización con estaño, cobre, hierro y plomo. Es aquí donde se encuentra por primera vez una referencia al agua: «En la Turdetania el oro no se extrae únicamente de las minas, sino también del lavado” (Enadimsa, 1986). El geógrafo e historiador griego, Estrabón, también habló sobre esto en sus escritos: “los turdetanos abren sinuosas y profundas galerías, reduciendo a menudo las corrientes que en ellas se encuentran por medio de tornillos egipcios”.

Durante el periodo romano se incrementó considerablemente la actividad minera en el sur de la Península Ibérica. En el siglo II a.C, los romanos comenzaron a explotar todos los vestigios existentes y a introducir mejoras en las técnicas consolidadas. La actividad romana en las minas de Andalucía se basó en la búsqueda de oro, plata, plomo, hierro, cobre y sal, entre muchos otros. En esta época también se encuentran numerosas menciones al agua, ya que los romanos tuvieron que hacer frente al drenaje de minas subterráneas mediante la mano de obra de esclavos y niños que pudieran desplazarse entre pozos y galerías. Una de sus invenciones fue, tal y como indican Fernández Rubio y Lorca Fernández, el «tornillo de Arquímedes», un dispositivo de extracción que, mediante la ayuda física del hombre, conseguía drenar el agua de las minas. Una de las explotaciones donde se han encontrado restos de esta rudimentaria herramienta es en la Mina de Alcaracejos, en Córdoba.

El periodo visigodo y árabe, a pesar de ser una época principalmente bélica, también se localizan vestigios de esta actividad, especialmente basada en la continuación del trabajo romano. A esta etapa de la historia árabe en Andalucía, a la que se le debe el nombre de Almadén (la mina), se le atribuye una intensa actividad de la minería hidráulica en explotaciones de oro en aluviones como el del Cerro del Sol o el Collado de Los Arcos, donde aún hoy son visibles acueductos y canales.

En el siglo XVI comienza un periodo de otorgamientos mineros que reactivan la actividad. Por estas fechas, el agua planteaba problemas en la minería de la plata de Guadalcanal, en Sevilla, para lo cual se incorporaron esclavos en las labores de desagüe y desvío del arroyo, para controlar la inundación. Con todo esto se produce una inactividad que perduró hasta 1632 y que no se remontó hasta el comienzo de la revolución industrial y la llegada de nuevas tecnologías como la máquina de vapor.

La minería andaluza ha experimentado desafíos relacionados con el agua durante su historia, problemas que han impactado en las comunidades locales de la época y en la extracción de materias primas. Estas barreras no solo han supuesto obstáculos técnicos, sino también económicos y logísticos, afectando a la la rentabilidad de la mina y a su producción. Esta histórica lucha ha influido en la evolución de las prácticas mineras, el desarrollo de herramientas y en la adopción de tecnologías eficientes para el manejo del agua en este sector.

Andalucía: a la vanguardia de la minería sostenible del sur de Europa

17 de los minerales incluidos en el listado de minerales estratégicos de la Unión Europea se esconden en el subsuelo andaluz

Andalucía impulsa su actividad minera mediante el fomento de los derechos de investigación. La Junta de Andalucía ha sido la responsable de poner en marcha 440 proyectos para explotación de recursos mineros, lo que aumentaría, en el caso de que estas concesiones se terminaran adjudicando, un 33% la actividad de este sector en la región.

El cambio de paradigma provocado por la pandemia y la crisis de las materias primas trajo consigo la necesidad de buscar la dependencia energética de Europa con respecto al resto de continentes, dándose un giro a la extracción de metales denominados fundamentales para el desarrollo energético. En esta línea, la Unión Europea elaboró un listado de minerales catalogados como estratégicos y cuya extracción contribuiría a esa independencia y sostenibilidad.

De ese gran listado de minerales, 17 de ellos se encuentran disponibles en Andalucía: barita, berilio, bismuto, borato, cobalto, espato flúor, tierras raras pesadas y ligeras, grafito, platinoides, fosforita, silicio metálico, vanadio, litio, estroncio, antimonio, titanio y wolframio, tal y como evidencia el Mapa de los Minerales Críticos de Andalucía elaborado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC). Al formar parte de este listado, estos minerales han aumentado su valor, especialmente debido a la puesta en marcha de la futura Ley de Materias Primas de la Unión Europea.

Con independencia de que estos proyectos sean aprobados, el decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Sur, Juan Ignacio López-Escobar hace hincapié en que «se ha hecho una apuesta bastante importante para que salgan adelante», además añade que esta reactivación abre un nuevo horizonte para antiguas zonas mineras.